Hacia la mitad comienzan las subidas de volumen y la ración de sustos, con lo cual empieza a decaer la intriga inicial y el miedo, para entrar a formar pare del terror más trillado y efectivo a tenor de los gritos de una cuadrilla de adolescentes sentados varias filas detrás y de los míos propios, aunque una vez eliminado el factor sorpresa, se puede pasar del griterío a la carcajada en menos que cantas un padre nuestro.
El final es ya bastante más rocambolesco y tira mucho más de CGI, aunque también es verdad que se permite cerrar el círculo de la historia sin dejar demasiados cabos sueltos en el camino, lo cual en este tipo de películas, es todo un logro. El reparto cumple con el encargo y poco más aunque me han llegado las actuaciones de Cricket Brown, la visionaria sordomuda que ve a la virgen y el periodista que lo descubre todo interpretado por Jeffrey Dean Morgan.
No te vas a morir de pena si no la ves, pero si te decides tampoco te mueres de asco y con un poco de suerte hasta pasas un buen rato con algún susto que otro.
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